martes, 6 de agosto de 2019

Perseidas, las Lágrimas de San Lorenzo

Las perseidas o Lágrimas de San Lorenzo acuden todos los años fieles a su cita. Este año 2019 podremos observarlas en su máximo esplendor en la noche del sábado 11 al domingo 12 de agosto, aunque con ciertas dificultades debido a que la luna estará iluminada un 94’2%, pues el 25 de agosto tendremos fase de luna llena.

Las Perseidas son la lluvia de meteoros más famosa, aunque no la más intensa. En el momento del máximo se teoriza con un THZ (Tasa Horaria Zenital) con valores de 100 estrellas fugaces a la hora. Ese valor no deja de ser teórico, ya que implica un horizonte limpio, un cielo sin contaminación lumínica, y el radiante en el cenit. Ninguna de las condiciones se cumple siempre, siendo en realidad el número de meteoros de entre 50 y 75 a la hora.

La lluvia de estrellas comienza el 17 de julio y finaliza el 24 de agosto, aunque eso no quiere decir que todas las estrellas fugaces que veamos entre esas dos fechas sean Perseidas. Pueden pertenecer a otro enjambre de meteoros o incluso ser un meteoro aislado. Entonces, ¿qué hace que una estrella fugaz sea una Perseida?


La naturaleza de las Perseidas

Para que una estrella fugaz sea una Perseida debe proceder de una región concreta del cielo, el radiante. El radiante puede definirse como el punto en el que convergen todos los trazos de meteoros que vemos durante una lluvia de estrellas, y ese punto se encuentra en la constelación de Perseo para las Perseidas, de ahí su nombre


Posición del radiante en la fecha del máximo de las Perseidas || Créditos: American Meteor Society.

Si la prolongación de la estela de una estrella fugaz no atraviesa la constelación de Perseo, esteremos ante una estrella fugaz esporádica perteneciente a otra lluvia de estrellas, o a un meteoro aislado y atraído por la gravedad de la Tierra.

¿De donde proceden las Perseidas?

Las Perseidas tienen su origen en el cometa 109P/Swift-Tuttle, cometa descubierto por por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862. Posee un diámetro de 26 Km y una órbita alrededor del Sol con período de 135 años.



Cometa 109P/Swift-Tuttle, responsable de las Perseidas

Actualmente, el cometa se encuentra entre los denominados asteroides potencialmente peligrosos o PHA (por las siglas en ingles potentially hazardous asteroid) pues existen posibilidades reales de impacto con la Tierra o la Luna en un futuro no muy lejano, pudiendo acabar con la humanidad dentro de unos 2.400 años. La última vez que nos visitó fue en 1992, y la próxima será en el año 2126.

Su trayectoria pasa por dos puntos distantes, uno muy próximo a Sol (perihelio), a unos 150 millones de Km, y otro alejado que lo sitúa a unos 7.600 millones de Km (afelio), más allá de la órbita de Plutón.


Órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle

Este cometa en sus viajes alrededor del Sol libera partículas llamadas meteoroides. La inmensa mayoría estos son del tamaño de un grano de arena, superando en muy pocos casos el tamaño de un grano de arroz. Resulta complicado que estas partículas lleguen a ser del tamaño de una avellana, aunque en algunas ocasiones se dejan ver.

¿Cómo se produce una Perseida?

Estos asteroides, obviamente, se sitúan a lo largo de la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, formando lo que se conoce como tubo meteórico. Al tener muy poca variación, el tubo meteórico permanece constante en el espacio, al igual que la órbita de la tierra. En los días comprendidos entre el 13 de julio y el 26 de agosto, la Tierra se encuentra en esa parte de la órbita que atraviesa el tubo meteórico, situándose éste en la dirección de Perseo desde nuestra perspectiva.

Esquema que representa el tubo meteórico del 109/Swift-Tuttle y la órbita de la Tierra || Créditos: American Meteor Society

La fuerza gravitatoria de la Tierra atrae los meteoroides y los precipita hacia nuestro planeta. Las partículas llegan a alcanzar velocidades que, en el caso de las Perseidas, son de unos 59 Km/s. Esas altas velocidades, sumadas a la fricción con la atmósfera, dan lugar a un calentamiento que hace que se superen los 5.000ºC, volviéndose incandescente y visible desde la superficie. A medida que se precipita pueden suceder varias cosas:

1.- Lo más probable es que el meteoroide deje un rastro de material incandescente a su paso, desintegrándose completamente antes de alcanzar la superficie de la Tierra.

2.- Otra opción es que el meteoroide, con la inclinación adecuada, haga como una piedra cuando da varios saltos en un río antes de precipitarse hacia el fondo, dejando varios rastros intermitentes antes del rastro final.

3.- Otra opción es que el terrón se fragmente al impactar con la superficie del agua, provocando dos o más estelas de azúcar más pequeñas.

Meteoro fragmentado en su caída hacia la superficie (Granada, 2016)

Si el meteoro llegase a ser extremadamente grande, del tamaño de un balón de futbol, además de generar el correspondiente meteoro, puede llegar a terminar precipitándose contra la superficie del planeta, dando lugar a lo que se conoce como un meteorito. Si el meteoroide original era del tamaño de un balón, el meteorito recuperado no superará el tamaño de una naranja.

¿Por qué las Perseidas son tan famosas?

Fundamentalmente porque tienen lugar en los meses de verano y resulta, para los aficionados, más cómodas para ver. Hay otras lluvias de estrellas muy intensas, como las Cuadrántidas, que tienen lugar en enero, o incluso más intensas que las Perseidas, como es el caso de las Gemínidas, que tienen lugar en diciembre. Pero el frío no suele ser un buen aliado para salir al campo.

Lluvia de estrellas y actividad de cada una de ellas para el 2019

El brillo de los meteoros

Dependiendo del brillo de un meteoro, podemos clasificarlos en tres grupos:

  • Meteoro o estrella fugaz: son los más típicos y su brillo es inferior al del planeta Venus visto desde la Tierra (magnitud > -4,4).
  • Bólido: son menos típicos que los anteriores y en el máximo de una lluvia de estrellas puede que veamos uno o dos en el mejor de los casos, aunque es más fácil verlos en días anteriores y posteriores al máximo. Su brillo es mayor que el del planeta Venus e inferior al de la Luna llena (-12,6 > magnitud > -4,4).
  • Bola de fuego: se observan de manera excepcional, puede que ajenos a cualquier enjambre de lluvia de meteoros y su brillo es superior al de la Luna llena (magnitud < -12,6).

Además del brillo, los meteoros pueden mostrar ciertos matices de color. Las Perseidas suelen ser entre verdes y azules, lo que indica que sus meteoroides son ricos en magnesio.

Consejos para ver las Perseidas

Para observar la lluvia de estrellas basta con salir a un lugar donde la contaminación lumínica sea mínima, aunque este año no será un buen año debido a la actividad lumínica de la Luna. Muy recomendable es llevarse ropa de abrigo, pues a altas horas de la madrugada puede agradecerse. También puede ser buena idea llevar algo de comer y beber, así como alguna tumbona de playa o similares para tenderse mirando al cielo.

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